En Argentina ahora, como lo fue en el pasado reciente en Brasil, aparece lo que en la forma es lo contradictorio del progreso social antes alcanzado con personajes que, negando las conquistas sociales de la clase trabajadora, se parapetan en un liberalismo a ultranza donde el mercado “ciego” según sus mentores sería la luz que alumbre un camino donde el ser humano no existe y se hace entonces imposible de aplicar porque niega el papel central de la fuerza del trabajo en que el sistema capitalista se apoyó y desarrolló en los últimos 300 años siendo esa la base, no del mercado sino de las fuerzas productivas que es donde se ha realizado el sistema capitalista, la sociedad y experiencia que no involucionan a los principios de origen y por el contrario, a partir de la revolución soviética en Rusia en octubre de 1917 cambiaron el vértice de la historia.
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