2022 es un año de dos centenarios que quiero destacar para comenzar. El uno, de inconmensurable relevancia mundial; y, el segundo, uno muy especial y determinante para la historia de mi país, Ecuador. Me refiero a la fundación de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, el 30 de diciembre de 1922, y a la masacre de obreros ejecutada en Guayaquil el 15 de noviembre de 1922.
Mucho se ha dicho, mucho se ha mentido, mucho también se ha desmentido acerca de la historia de la Unión Soviética y cualquiera que sea la postura desde la que se analice, es innegable el peso histórico de la experiencia del país de los soviets.
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