El viaje de Nancy Pelosi a Taiwán, tras la Cumbre que la OTAN celebro en Madrid en el mes de Junio, no solo supuso una provocación directa a China, saltándose todos los acuerdos internacionales y despreciando los criterios marcados por las propias NNUU sobre la existencia de una única China, y por tanto el reconocimiento del derecho de soberanía de China sobre Taiwán, sino que también pone en evidencia como los EEUU están ya instalados, tanto en su lenguaje, como en sus acciones, en clave de una Guerra Fría por la que pretende la división de la Comunidad Internacional en Bloques de Estados enfrentados y desconectados entre sí.
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